Desde nuestra infancia, aprendemos a relacionar la palabra evaluación con el temor a que nuestras acciones sean juzgadas. Y no en un sentido positivo. Un recelo que se traslada e impregna la vida pública y que deviene en descuido respecto al control de nuestras acciones en las instituciones. ¿Por qué no subvertir esta idea y aprovechar toda su potencialidad para incrementar la calidad democrática de las políticas públicas (participativas)?
Pensemos en la evaluación como una herramienta para estimar el rendimiento de las experiencias de participación en nuestros entornos según unos objetivos que hemos considerado fundamentales para el cambio social. Una tarea que se entiende como fundamental, teniendo en cuenta la consolidación y extensión de estas prácticas en el ámbito municipal. Una tendencia de la que el Ayuntamiento de Pamplona no es ajena.
En este sentido, la incorporación de la ciudadanía a la toma de decisiones ha sido la respuesta a la creciente desafección, desasosiego y desconfianza hacia la labor institucional. Es decir, profundizar en la idea de democracia para superar la crisis de gobernabilidad. Y, según nos revelan investigaciones y estudios teóricos y prácticos, la apertura de las estructuras de decisión reporta una mayor eficacia y eficiencia en la toma de decisiones, un aumento de la legitimidad y cercanía de las instituciones, un reforzamiento del capital social y un debilitamiento de las desigualdades. En otras palabras, podemos hablar de una revitalización del ágora. No obstante, ¿cómo asegurarnos de tener éxito en este esfuerzo?
La evaluación es la clave a este respecto. Un proceso complejo que, poco a poco, se ha ganado la atención de quienes trabajamos e investigamos la participación. Un proceso vivo, en construcción permanente a través de un diálogo continuado entre variables, indicadores y criterios y el contexto. Porque, ¿en qué fijamos nuestra atención para establecer principios de calidad democrática en nuestros espacios participativos? ¿Cómo certificamos que hemos logrado los objetivos propuestos a través de los métodos adecuados? ¿Cómo asegurarnos que el impacto de nuestras acciones no reproduce las exclusiones de los mecanismos de representación tradicionales? Todas estas preguntas ‑y otras muchas‑ retornan a la cuestión de evaluación como clave para fomentar la rendición de cuentas de la acción institucional.
Tantos interrogantes son reflejo de la complejidad que contiene la palabra evaluar. Una complejidad que exige ser abarcada desde la construcción colectiva para sentar las bases y generar consensos en torno a qué, cómo, por y para qué queremos medir las políticas públicas de participación. ¿Las oportunidades que se abren? Las contiene el propio título del KoLaboratorio: «Transparencia, trazabilidad y rendición de cuentas». Palabras que se traducen en control de la ciudadanía de la cadena decisoria, comunicación, inclusión y confianza.
¿Qué buscamos? ¿Cómo lo haremos?
El Observatorio Local de Democracia Participativa (OLDP) del Ayuntamiento de Pamplona ha visto la necesidad de contar con una herramienta que permita medir la calidad de las experiencias de participación que se promueven en el municipio. Un instrumento que garantice la eficacia y eficiencia en su labor de análisis y seguimiento de los espacios participativos y que se concreta en el proceso de elaboración de una Guía Práctica para la Evaluación de las Políticas Públicas de Participación (a partir de aquí, Guía de Evaluación).
A este respecto, el KoLaboratorio «Evaluación, transparencia, trazabilidad y rendición de cuentas» afronta la tarea de sentar las bases para generar esta herramienta a través de cuatro sesiones donde se generará información de manera colectiva y deliberativa. Estas jornadas presenciales, entre las que se irán facilitando materiales, se concretan en:
- Sesión 1 (8 de febrero de 2018): Generando confianza y un marco de trabajo común. En estas dos horas, buscaremos un acuerdo sobre el concepto de evaluación y su relación con las nociones de transparencia, trazabilidad y rendición de cuentas. Asimismo, pensaremos en el qué de la evaluación, acercándonos a las diferentes experiencias de participación, y en la reflexión sobre los criterios generales para desarrollarla.
- Sesión 2 (1 de marzo de 2018) y Sesión 3 (12 de abril de 2018): Experimentación colectiva de la medición. Trabajaremos sobre los distintos espacios de participación y generaremos distintos indicadores en función de las dimensiones simbólicas, sustantivas y operativas específicas.
- Sesión 4 (10 de mayo): Recopilación de lo que hemos construido. En esta última jornada presencial recopilaremos toda la información obtenida y extraeremos una serie de premisas comunes sobre las que trabajar a posteriori en la Guía de Evaluación (a través del contraste con otros agentes técnicos y sociales para su redacción final).
Toda una aventura por el campo de la evaluación que será abordado por Aradia Cooperativa, con el acompañamiento del Grupo de Investigación de la UPV/EHU Parte Hartuz. Nos gustaría que nos acompañaras en este viaje que nos encamine a conocer cómo hacer democracia participativa.
¿Te interesa participar en este KoLaboratorio?
Te puedes inscribir a través de las siguientes vías:
- Zentro. Civivox Condestable, Calle Mayor 2, 2ª Planta. Pamplona.
- Teléfono: 948 420266
- Email: informacion.participacion@pamplona.es
¿Quiénes somos?
Twitter: @aguapel, @farticipando y @AradiaCoop
Somos Delicia Aguado Peláez y Patricia Martínez García, socias fundadoras de Aradia Cooperativa, investigadoras y formadoras en el campo de las políticas públicas, la participación, el feminismo y los medios de comunicación. Licenciadas en Periodismo, Ciencias Políticas, Máster en Participación y Desarrollo Comunitario y Doctoras en Comunicación Audiovisual y Ciencia Política, respectivamente, hemos trabajado como investigadoras en la Universidad del País Vasco. Aradia (https://www.aradiacooperativa.org/) es un producto de todo este entramado de intereses y compromisos en torno a la construcción de sociedades más democráticas e inclusivas.
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